
En las últimas semanas habÃa preguntado si era necesaria una nueva plataforma, en referencia a Twitter: es noticia hace unos minutos que Elon Musk, el multimillonario propietario, entre otros, de Tesla Motors, se ha convertido en accionista mayoritario de la red social de Twitter..
En concreto, el nativo de Sudáfrica pero naturalizado estadounidense compró el 9,2% de las acciones, convirtiéndose asà el propietario de la mayor participación accionariaa. Musk es uno de los VIP más activos en Twitter y suele involucrar a sus seguidores en encuestas muy interesantes.
Como se mencionó, hace unos dÃas preguntó a sus seguidores si la plataforma chirp garantizaba a sus usuarios la libertad de expresión. El resultado fue sorprendente: hasta el 70,4% de los votantes dijeron que no.. Y más de dos millones de personas participaron en la votación.
Un sentimiento ampliamente compartido que Elon Musk, a partir de hoy, de hecho, el dueño de Twitter, hará todo lo posible para contrarrestar, tratando de garantizar a todos el derecho universal a la libertad de expresión.. Veremos si las intenciones son seguidas por los hechos, no podemos hacer nada más que esperar.
Entre otras cosas, el tema de la libertad de expresión, después de una pandemia y un conflicto aún en curso, está candente y de maldita actualidad. TodavÃa tenemos en nuestros ojos las miles de noticias falsas difundidas en la era de Covid por millones de personas en todo el mundo: esto también es libertad de expresión, queda por entender hasta qué punto Elon Musk lo tolerará.
Él, que siempre ha profesado ser partidario de la libertad de expresión y de pensamiento, también está muy involucrado en el campo cientÃfico con SpaceX y con el proyecto relacionado Starlink, por ejemplo. En nombre de este derecho inalienable, ¿permitirá la difusión de información falsa?
Evidentemente, la libertad de expresión y opinión también es un derecho garantizado por nuestra Constitución, entre otras cosas, pero se debe trazar una lÃnea para establecer dónde termina la libertad de un individuo y comienza la de otro, sino se pasa de la libertad de expresión a la libertad de decir lo que se quiere, que es otra cosa.